TEXTO Y FOTOS: ASIER VERA

El exsecretario de la Secretaría de Bienestar Social (SBS) Carlos Rodas negó ante la jueza del Tribunal Séptimo de Sentencia Penal, Ingrid Vanessa Cifuentes, haber informado al entonces presidente de Guatemala, Jimmy Morales, sobre lo acontecido el 8 de marzo de 2017, cuando quedaron encerradas bajo llave 56 niñas en un aula de pedagogía del Hogar Seguro de Guatemala, después de que él se retirara a las 03.00 horas de las instalaciones, junto a la exsubsecretaria de Protección y Acogimiento Anahí Keller.

Rodas fue la primera persona de los ocho funcionarios que enfrentan juicio por la muerte de 41 niñas y las heridas graves a otras 15 en el incendio del Hogar Seguro en prestar su declaración el 16 de enero de forma voluntaria y responder a todas las preguntas que le formularon el fiscal de Femicidio Marlon Ordóñez, los querellantes y su defensa. Concretamente, el exsecretario de Bienestar Social está acusado de los delitos de homicidio culposo, incumplimiento de deberes, abuso de autoridad, maltrato contra personas menores de edad y lesiones culposas.

Durante su declaración, involucró a Keller en la toma de decisiones al acudir el 7 de marzo de 2017 a las instalaciones del Hogar Seguro Virgen de la Asunción en San José Pinula tras la fuga de un centenar de adolescentes mujeres y hombres. Asimismo, arremetió contra la jueza de Paz de San José Pinula, Rocío Murillo, por no haber llegado a realizar la exhibición personal a favor de las y los adolescentes, tal como, según indicó, él pidió hasta en tres ocasiones sin éxito entre las 22.00 y las 00.00 horas.

“Yo, personalmente agoté llamadas a la Coordinadora del Organismo Judicial de Niñez y Adolescencia, me comuniqué al Juzgado de Paz de Turno de esta ciudad para efectos de la exhibición personal e interpuse una exhibición vía telefónica y no sé si tomaron nota y si hay actuaciones de eso, pero la respuesta de quien me atendió es que por tema de competencia territorial era el Juzgado de Paz de San José Pinula el que debía realizar dicha exhibición”, detalló.

A la pregunta del fiscal de si informó a sus superiores jerárquicos sobre los incidentes que se habían suscitado en el Hogar Seguro cuando llegó el 7 de marzo y vio presencia policial, Rodas contestó que no informó “de forma inmediata”, teniendo en cuenta que reconoció que él era el “principal responsable” de afrontar la situación que se había suscitado. Posteriormente, Ordóñez le cuestionó si cuando abandonó el Hogar a las 03.00 horas, puso de conocimiento del presidente o algún superior jerárquico la situación que había acontecido a lo que el exsecretario de Bienestar Social respondió que no.

Durante su extensa declaración, el funcionario de mayor rango que estuvo presente el 7 de marzo en el hogar de protección y abrigo insistió en que “en ningún momento tomamos decisiones que buscaran un castigo o un encierro, sino que seguimos los protocolos y los manuales de funciones”, por lo que “se tomó la decisión de reingresar” a las adolescentes. “Nunca escuché una orden de ninguna de las instituciones que intervinieron de maltratar, encerrar, causar lesiones o incluso la pérdida de la vida de ninguno de los adolescentes”, remarcó, al tiempo que se declaró inocente de los cinco delitos que le atribuye la Fiscalía.

DEFIENDE LA ACTUACIÓN DE LA POLICÍA

Rodas también eximió de cualquier responsabilidad a la Policía Nacional Civil, dado que aseguró que “en ningún momento” observó que los agentes reaccionaran “en forma violenta, al contrario, de una forma muy pasiva, muy paciente, muy madura y profesional”, lo que contrasta con los argumentos del Ministerio Público, que señalan que la policía sometió con violencia a las y los adolescentes que estuvieron retenidos durante nueve horas en el portón del Hogar Seguro tras ser recapturados usando incluso sus batones para reprimirlos.

El exsecretario relató su versión de los hechos desde que el 7 de marzo de 2017 le llamara por teléfono el entonces director del Hogar Seguro, Santos Torres, informándole que entre las 14.00 y las 15.00 horas hubo un “amotinamiento o una manifestación de inconformidad de aproximadamente 100 adolescentes”. Asimismo, le comunicó que, en ese momento, adolescentes se subieron a los techos del Hogar San Gabriel y el personal estaba siendo objeto de “agresiones y destrucción en lo interno del Hogar a través de palos y garrotes y tiraban objetos como pedazos de piso cerámico, por lo que temían por su vida”. También le anunció que ya había avisado a la Policía, así como a la PGN y PDH.

Rodas indicó que se comunicó con Keller, porque “era parte de lo que a ella le competía en ese momento y tomamos la decisión de dirigirnos al lugar en vehículos separados en resguardo de la vida e integridad de los adolescentes y del personal del Hogar, que se componía de 350 trabajadores y, por lo menos, la mitad tenía que haber estado presente en ese momento”.

Durante el trayecto, reveló que recibió dos llamadas telefónicas más de Torres en las que le informaba que “ya no soportaban la presión y las agresiones” y le pregunta si era conveniente abrir el portón, a lo que Rodas contestó que ésa es una decisión que el propio director del Hogar Seguro podía tomar en el lugar porque “él percibía por sus medios la situación”. No obstante, le pidió que “diera prioridad a la vida e integridad tanto del personal, como de los adolescentes”.

A preguntas del abogado de Mujeres Transformando el Mundo (MTM) José Rodrigo Orozco sobre si ese era el procedimiento que se debe realizar en este tipo de situaciones, Rodas admitió que no, aunque “la única alternativa que tenía en ese momento Santos Torres era pedir auxilio conforme a los manuales y protocolos establecidos por la SBS”.

Al llegar al lugar, pudo observar a los adolescentes “disgregados” en un área de 100 a 150 metros alrededor del Hogar y elementos de la PNC que “recibían instrucciones de dejar sus armas de fuego dentro de los vehículos y únicamente utilizaban su equipo de protección, algunos con gorras y otros con cascos y rodilleras, pero en ningún momento con armas de fuego, ni tampoco portaban gas lacrimógeno”.

A preguntas del fiscal, desveló que había aproximadamente tres mandos de la Policía, entre ellos, el subcomisario, Luis Armando Pérez Borja, quien ya se encontraba en las afueras y era “el enlace entre la PNC y las demás instituciones que nos encontrábamos presentes en el Hogar”. Por otro lado, negó que se solicitara la presencia de monitores de otros centros que albergan a adolescentes en conflicto con la ley penal, como Etapa II o Gorriones, sino que “más bien ellos llegaron”, como fue el caso de la monitora de Gorriones Cruzy Flor de María López, acusada en la segunda fase del Caso Hogar Seguro de lanzar gas pimienta a las adolescentes. Recordó que, a diferencia de quienes cuidan a los adolescentes en protección y abrigo, estos monitores “sí portan batones y gas pimienta”.

MESA TÉCNICA CON DECISIONES “COLEGIADAS”

“El ambiente del lugar era bastante desordenado y violento porque nos tiraban piedras, pedazos de vidrio y de piso cerámico y esto se dio en el transcurso de dos horas”, describió. Por otro lado, agregó que, en ese momento, coincidió con los representantes de la PGN (Harold Flores) y la PDH (Gloria Castro). Posteriormente, prosiguió que a las 17.00 o 18.00 horas, se constituyó una “mesa técnica de mediano nivel, conformada por cada una de las instituciones, junto al director del Hogar Seguro y personal profesional, como trabajadoras sociales, pedagogos y psicólogos para tomar una decisión” sobre el ingreso de las adolescentes. Asimismo, informó que también estuvo presente en las conversaciones el subcomisario de la PNC, Luis Armando Pérez Borja. Mientras realizaban la reunión en las afueras del muro perimetral, concretó que las y los adolescentes “se mantuvieron sentados la mayor parte del tiempo y prácticamente en total libertad”, de manera que “podían desplazarse dentro del área que estada rodeada por un cordón policial”.

Rodas recordó que cuando un adolescente renuncia a su proceso de protección, “tiene que ser reingresado con orden de juez y de esa cuenta tuvimos comunicación con la jueza de Paz de San José Pinula (Rocío Murillo) para que practicara una exhibición personal y evaluara así la integridad y la vida de los adolescentes que allí se encontraban y tomar una decisión de reingresarlos al Hogar Seguro”.

“Yo tuve tres comunicaciones vía teléfono y no tuve una respuesta positiva. Se me indicó por parte de la juzgadora que al día siguiente a las 09.00 horas iba a practicar la exhibición, por lo que yo me identifiqué como secretario de Bienestar Social y le hice ver de la situación delicada y que había que tomar una decisión”, explicó.

El exsecretario de Bienestar Social recalcó que, al no llegar la jueza de Paz de San José Pinula, la decisión de reingresar a las adolescentes “no fue únicamente de parte de las autoridades de la Secretaría de Bienestar Social, sino que fue una decisión colegiada siempre anteponiendo el interés superior de los niños y pensamos en el bienestar de ellos”. No obstante, apuntó que estimaron que “lo más conveniente era no obligarlos a reingresar, sino que por sus propios medios entraran por su propia voluntad”.

Alrededor de las 21.00 horas, Rodas ordenó a la empresa que presta el servicio de comida que les sirvieran alimentos a cada uno de los adolescentes que estaban en el portón del Hogar, si bien se negaron a comerla al considerar que contenía “algún tipo de sustancia que era para tranquilizarles, por lo que nuevamente, se vuelven a poner enérgicos o fogosos y empiezan a tirar la comida a la policía y a nosotros”.

Por otro lado, justificó así el hecho de que las adolescentes permanecieran nueve horas a la intemperie, algunas de ellas con la ropa mojada y sin calzado: “no había forma de entregarles algún objeto para que se cubrieran y de igual manera nosotros no tuvimos opción de resguardarlos de nada porque el clima era acogedor, no había lluvia, ni un frio extremo, por lo que todos estuvimos en las mismas condiciones”.

LA ELECCIÓN DEL AULA DEL ENCIERRO

Durante su declaración, insistió en que “en ningún momento ordenamos un maltrato, ni un castigo y lo que el MP llama un encierro nosotros lo ordenamos como un abrigo y un albergue”. En cuanto al porqué se ordenó el ingreso de las adolescentes a un aula del Hogar Seguro, en lugar del auditorio que era más amplio y al que fueron destinados los varones, detalló que “una persona que componía la mesa técnica dijo que en el salón no hay sanitarios a lo interno, mientras que en el aula tampoco tiene a lo interno, pero a un costado hay dos sanitarios, lavamanos y acceso a agua potable”.

Preguntado por el fiscal sobre quién tomó la decisión de ingresarlas al aula, contestó que, “dentro de la conformación del Hogar, hay un director y una persona que es como la operativa del Hogar y en ese momento se encontraba Brenda Chamán, que es pedagoga y ella fue la que sugirió que definiéramos por qué las mujeres en el área pedagógica y por qué los hombres en el auditorio”. Rodas manifestó que, en un primer término, se pensó dejar a las 56 niñas en un área más grande, “pero el grado de dificultad era que no había sanitarios cercanos”.

Así, dijo que tanto la SBS, como la PGN y la PDH “acogieron” esta propuesta de Chamán “buscando el bienestar de las adolescentes mujeres dándoles prioridad a ellas al acceso a los sanitarios”, a pesar de que las 56 niñas fueron encerradas en un aula con menos de un metro cuadrado de espacio para cada una de ellas. Tras seleccionar el aula en la que las confinarían y que tenía una “puerta metálica con chapa”, Rodas señaló que cada una de las personas que integraban la mesa técnica (SBS, PDH y PGN) evacuaron “los escritorios, pizarrras, lockers y todo aquel objeto que pudiera convertirse en algo contundente para que ellas se lastimaran mutuamente”.

Cuestionado por el representante de MTM sobre cuál fue el acuerdo al que llegó la mesa técnica al momento de retirarse del Hogar Seguro, destacó que “la PDH fiscalizó en todo momento los actos e hizo las recomendaciones para resguardar la vida y la integridad” de las adolescentes, de modo que cuando se las ingresó “la PDH recomendó que no se hiciera dentro de sus mismos dormitorios que estaban semi destruidos por ellas mismas” y, por ello, “buscamos otros espacios, como el taller de mecánica, pero no tenía cubierto la totalidad del techo y podía ingresar sereno y agua”.

Por ello, desgranó que la mesa técnica hizo un recorrido por todo lo interno del Hogar Seguro donde en ese momento no había niños o adolescentes pernoctando y se estableció que “únicamente, los dos ambientes idóneos en esas circunstancias eran el aula de pedagogía (para las niñas) y el auditorio (para los niños)”.

DEJÓ EL HOGAR SEGURO A CARGO DE SANTOS TORRES

Asimismo, agregó que también colaboraron en “acondicionar los espacios para que fueran lo más idóneo para que pasaran el resto de la madrugada”, una vez se logró un “orden y paz a las 03.00 horas del 8 de marzo”. A esa hora, según indicó, se retiró con Keller y “entregamos o dejamos al director del Hogar Seguro, Santos Torres, que tomara las decisiones que le correspondían ya de manera específica”, una vez se había “desintegrado” la mesa técnica, con la instrucción de que se les “proporcionara el acceso al sanitario y a agua potable, así como el desayuno a las siete u ocho de la mañana”.

En este sentido, recalcó que “en ningún momento dimos instrucciones de vedarles algún derecho o algún suministro dentro del diálogo que se dio entre las instituciones”, por lo que insistió en que “jamás se mencionaron las palabras castigo, encierro o maltrato”.

Mientras, según Rodas, el representante de la PGN, Harold Flores, se comprometió a que al día siguiente a primera hora “conformaba diez equipos multidisciplinarios compuestos por psicólogos, pedagogos y trabajadoras sociales para entrevistar a cada uno de los adolescentes y promover el proceso de reintegración hacia sus hogares de aquellos que ya hubieran cumplido con su proceso de protección”.

“Al momento de retirarnos con Anahy Keller, dejamos a Santos Torres a cargo del personal que se encontraba de turno y como operativa del Hogar a Brenda Chamán (jefa del Departamento de Protección Especial Contra el Maltrato en todas sus formas), sentenció. Preguntado por el fiscal si sabe en manos de quién quedó la llave del aula o la potestad de abrirla y cerrarla, contestó que “específicamente no”. No obstante, incidió en que “nosotros dejamos bajo el control del director la operativa del Hogar Seguro”.

Rodas recordó que cuando se decide ingresar a las adolescentes, hubo “resistencia” de parte del personal de turno del Hogar Seguro, después de que los trabajadores “rodearon la mesa técnica y manifestaron que no estaban de acuerdo en que se reingresaran en virtud de que habían sido amenazados de muerte y agredidos físicamente por aproximadamente 100 adolescentes de ambos géneros”.

Pese a que el exsecretario de Bienestar Social les advirtió de que incurrirían en un incumplimiento de deberes, manifestaron que ellos no iban a arriesgar sus vidas por un empleo, de modo que ”exigieron la firma de un acta y la presencia de policías para poder desempeñar con seguridad sus funciones”. Previamente, desveló que esos trabajadores pusieron a la vista un acta que ellos mismos elaboraron mostrando su “inconformidad para el reingreso de los adolescentes”.

INGRESO DE LA POLICÍA EN EL HOGAR SEGURO

De esta manera, justificó la entrada ilegal de la PNC en el Hogar Seguro: “se pide auxilio a la institución de poder resguardar de forma perimetral el Hogar Seguro, tal y como siempre se ha hecho”, teniendo en cuenta que “normalmente, contaba con la presencia de 16 agentes de la PNC, tanto hombres como mujeres, de forma permanente”, al tiempo que había “presencia de elementos del Ejército alrededor con la idea de resguardar la seguridad de los adolescentes a lo interno”. No obstante, precisó que “en ningún momento se pretendió que la PNC asumiera el papel de resguardar o de administrar las funciones del Hogar”.

Cuestionado por el fiscal si recordaba que personal policial quedara en las afueras al cuidado del aula en la que estaban encerradas las niñas, aseveró que “sí se quedó personal femenino solo a cargo de la seguridad perimetral y no de las adolescentes”.

Previamente a ingresar a las adolescentes en el aula de Pedagogía, afirmó que “personal del Hogar Seguro” las revisó el cabello, sus prendas de vestir y los zapatos, si bien admitió que no fue “minuciosa”, debido a que, en resguardo al “pudor o dignidad sexual, no se les puede tocar todo el cuerpo y se respetó eso”. Tras la inspección, indicó que “se llenaron dos o tres bolsas plásticas con objetos que no eran permitidos, como fósforos, encendedores, cigarros y ganchos, básicamente”. La Fiscalía sostiene que la revisión la efectuaron agentes de la Policía y no personal de la SBS.

Tras dejar “organizado” el Hogar Seguro en “paz y tranquilidad”, Rodas recibió una llamada telefónica a las 08.00 horas de Santos Torres en la que le informaba que el personal y la empresa que prestaba el servicio de comida les había servido el desayuno a las 56 niñas encerradas en el aula en utensilios de duroport. También le indicó, según su versión, que “se les dio acceso a los sanitarios y que todo marchaba con normalidad”, teniendo en cuenta que las autoridades habían verificado que los baños “tenían agua”.

Sin embargo, el MP apunta que solo se dio permiso a una de las 56 niñas para ir al baño, pero al no haber agua, la regresaron al aula con las demás a quienes se les impidió usar el servicio sanitario, razón por la cual, tuvieron que hacer sus necesidades fisiológicas en el lugar donde estaban encerradas. Por ello, una de ellas, con el ánimo de llamar la atención para que las Policías que custodiaban ilegalmente el salón abrieran la puerta, encendió con un fósforo una de las 22 colchonetas de polietileno que les dieron para dormir.

“Mi sorpresa fue enterarme, a través de los medios de comunicación, que se había generado un incendio y es ahí donde yo tomo la decisión de dirigirme al Hogar”, relató Rodas en su declaración ante la jueza, a quien explicó que cuando hizo acto de presencia, la tragedia ya había sucedido y la versión que le dio Santos Torres es que las propias adolescentes “provocaron un incendio con los utensilios de duroport y las colchonetas que estaban forradas de cuerina y eran una donación de la Embajada de EEUU”.

El exsecretario de Bienestar Social concluyó su declaración reiterando que “en ningún momento, escuché de parte de la PNC órdenes arbitrarias o ilegales, porque no lo hubiéramos permitido y es ilógico que instituciones con personal especializado pudieran haber coparticipado en órdenes ilegales”.