Por Margarita Girón

Cada 10 de mayo, Guatemala celebra a las madres, en medio de flores, regalos, homenajes y otras actividades alusivas a la fecha. Quienes laboramos, podemos contar con un día de descanso por la festividad que, aunque suele ser con enfoque de consumo, honra la abnegada labor de quienes han ejercido la maternidad y eso está bien a mi juicio, pero ¿todas hemos elegido serlo?

Según datos del Observatorio en Salud Sexual y Reproductiva (Osar), entre enero y marzo de este año, se han registrado 19,024 nacimientos en madres de entre 10 y 19 años. De estos 566 corresponden a niñas entre los 10 y 14 años, es decir, en promedio, 189 niñas se convirtieron en madres durante los primeros tres meses del 2022. 

Es difícil pensar en que una niña que debería estar estudiando, soñando con un futuro e incluso preparando una tarjeta o una manualidad para su mamá, ahora tenga que estar cambiando pañales o lactando, cuando aún su cuerpo no está preparado para esta labor que de por sí es complicada para las adultas que hemos pasado por ello.

Pensar en cuántas historias de abuso sexual hay en estos nacimientos me indigna y me lleva a pensar en el hecho de que no todas tenemos un “feliz día de las madres”. No podemos normalizar como sociedad estas vulneraciones a los derechos de las niñas y adolescentes, mientras el Gobierno se jacta de ser “Provida”.

¿De quién es la culpa?, desde luego del abusador, pero también es culpa de un estado fallido y otros responsables que nos han llevado a estas cifras que no parecen tener fin.

El tema se quedó en mi mente hace unos días, cuando por temas de trabajo conocí a un personero de la Secretaría Contra la Violencia Sexual, Explotación y Trata de Personas (Svet), sin decirle que antes me había dedicado al periodismo, le pregunté cuál era la función de la entidad en Petén; en donde se han reportado 930 embarazos en niñas y adolescentes durante los primeros tres meses del año, y que es la región a la cual pertenecía el piloto, me indicó que eran campañas informativas contra la violencia sexual, pero algo de lo que dijo me impactó.

“Nosotros llevamos información a la gente, pero viera se ven unos casos duros, en donde las mismas mamás dicen que prefieren que sus hombres estén con sus hijas para que no se vayan con otras mujeres a la calle y ahí ¿cómo se le entra a la gente con la educación sexual?”, detalló.

Esto me dejó helada y no es que no conociera que existe este tipo de violencia sexual, sino porque se ha normalizado, al igual que otros factores que obligan a las niñas a ser madres sin querer serlo o sin entender siquiera por qué deben serlo.

Ojalá un día podamos celebrar la maternidad deseada y respetuosa, ojalá un día nuestras niñas dejen de ser madres por culpa de un Estado fallido que no las cuida y las protege.

Periodista y Licenciada en Ciencias de la Comunicación, egresada de la Universidad de San Carlos de Guatemala, trabajó como reportera y editora en Diario La Hora y colaboró para agencias universitarias de noticias durante su formación académica.   Mujer, esposa y madre que sueña con un país que brinde las mismas oportunidades para todos, porque sin igualdad no hay desarrollo.