Por Margarita Girón

No sorprendió el anuncio del presidente Alejandro Giammattei, quien en un acto que contó con la presencia de altos funcionarios de Gobierno y autoridades de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), Corte de Constitucionalidad (CC) y el Congreso de la República, confirmó por cuatro años más a María Consuelo Porras como Fiscal General y jefa del Ministerio Público (MP), era un rumor que, aunque se intentó evitar, las instancias cooptadas avalaron sin el menor remordimiento.

Sumado a la cuestionada elección del rector de la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC), en donde Walter Mazariegos “ganó” el voto de los cuerpos electorales afines, Guatemala no ha parado de recibir golpes a su democracia y Estado de Derecho.

Como si fuera poco, el precio de la gasolina sufrió un nuevo incremento, superando los Q43.00 por galón y en el caso de la gasolina regular, con precios arriba de los Q40.00. Precios que el Gobierno pretende paliar con un supuesto subsidio que nunca llega al consumidor.  Para quien usa transporte público, taxis, plataformas de traslados o vehículos propios, implica la reducción significativa de recursos que ya nos viene afectando desde que estalló el conflicto entre Rusia y Ucrania particularmente, pero las quejas se quedan en las redes sociales.

Lo que sorprende es que, a diferencia del 2015 en donde “La Plaza” fue punto de reunión de miles de guatemaltecos que se hartaron de la corrupción protestaron su descontento y que se prolongaron de alguna forma en el 2018, ahora parecen dormidos y divididos por ideologías, dejando atrás el deseo de tener un mejor país para nuestros hijos, sobrinos y aquellos que podrían tener en sus manos el rumbo de Guatemala.

Aunque ha habido intentos de volver a las calles, como en noviembre del 2020, cuando la respuesta del Gobierno a las protestas fue la represión, nada nos hace despertar de este sueño-pesadilla, que está terminando de cooptar las instituciones, reprimir la libertad de expresión, pero sobre todo, está acabando con la esperanza de tener un país en donde no duela levantarse todos los días, sabiendo que vivimos a ciegas, sin la posibilidad de tener acceso a la justicia, a mejores condiciones de vida y sobre todo, un monstruo que se robó nuestro coraje para defender nuestra tierra de aquellos que quieren quedarse con todo.

Volver a La Plaza y acudir a las convocatorias que diferentes plataformas ciudadanas han hecho, sería el principio de una serie de acciones que articulen esfuerzos, que nos lleven a meditar el voto y de no permitir que se prolongue el hambre de poder y la ambición de quienes hoy solo se frotan las manos esperando su turno para terminar de acabar con un pueblo que parece no querer despertar, sin importar los golpes que reciba.

Periodista y Licenciada en Ciencias de la Comunicación, egresada de la Universidad de San Carlos de Guatemala, trabajó como reportera y editora en Diario La Hora y colaboró para agencias universitarias de noticias durante su formación académica.   Mujer, esposa y madre que sueña con un país que brinde las mismas  oportunidades para todos, porque sin igualdad no hay desarrollo.