Por Mariela Castañón

Fotos: Asociación de Periodistas de Guatemala, Hemeroteca Prensa Libre y Registro Nacional de las Personas.

*Este reportaje fue producido con el apoyo del Programa IPDC de UNESCO y la Escuela Latinoamericana de Periodismo.

Guatemala vivió 36 años de conflicto armado interno (1960-1996), tiempo en el que decenas de periodistas desaparecieron o fueron secuestrados; en algunos casos nunca se encontraron sus cuerpos y no existe rastro de qué ocurrió con las y los comunicadores.  Mientras tanto el Ministerio Público (MP), únicamente reporta un periodista desaparecido durante ese tiempo y una investigación en curso.

El nombre de Miguel Ángel Albizures, apareció en la lista de los «condenados a muerte» en 1978, cuando escribía sobre el acontecer sindical y la situación de los trabajadores en el país, en el periódico Acción Popular. 

Foto: Noticias Comunicarte. Albizures en una actividad de la APG.

Albizures recuerda que un grupo identificado como “Ejército Secreto Anticomunista”, dejó la lista de los “condenados a muerte” debajo de la puerta donde laboraba, en la Central Nacional de Trabajadores.  Eso no fue todo, sus hijas que tenían entre 8 y 10 años se libraron de ser secuestradas, gracias a la alerta de la directora del centro educativo a donde asistían.

Albizures salió del país rumbo a Costa Rica y es uno de los sobrevivientes del conflicto armado interno.  Sin embargo, no todos los periodistas, escritores y comunicadores que informaban sobre las vulneraciones a los derechos humanos de la población corrieron con la misma suerte, varios de ellos y ellas siguen desaparecidos y en algunos casos ni siquiera se sabe dónde está su cuerpo.

La Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado (ODHAG), a través del informe “Y la verdad nos hará libres…”, así como la Asociación de Periodistas de Guatemala (APG), en el folleto, “Mártires del Periodismo”, han investigado y documentado que más de una decena de periodistas desapareció, o fue secuestrado durante el conflicto armado interno. Estos son los nombres de algunas víctimas identificadas por su labor periodística, durante el conflicto armado interno:

  • Roberto Obregón: El periodista desapareció en la frontera de El Salvador y fue asesinado en 1960.
  • Enrique Salazar Solórzano: El periodista de los radio periódicos “Guatemala Flash” y “El Debate”, junto a su compañero Luis Díaz Pérez es secuestrado y desaparecido, el 20 de noviembre de 1970. Salazar, era pro-secretario de la APG, fue capturado por supuestos miembros de la Policía Judicial, quienes le pidieron que se identificara, cuando abandonaba las oficinas del radio periódico y llevado a bordo de una camionetilla con rumbo desconocido. Familiares de Salazar presentaron un recurso de exhibición personal, ya que consideraron que fueron agentes del Estado quienes lo capturaron.
  • Luis Díaz Pérez: El locutor del radiodiario “Guatemala Flash” fue secuestrado y desaparecido, junto a su compañero Enrique Solórzano, el 20 de noviembre de 1970.
  • Carlos Humberto Oliveros: El reportero de “Nuevo Diario del Aire” fue secuestrado el 28 de julio de 1975, cuando se dirigía hacia la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad de San Carlos de Guatemala, donde cursaba el séptimo semestre, informaron sus familiares, quienes se presentaron a la sección de denuncias de la Policía Nacional, para manifestar la desaparición del periodista.
  • Antonio Estuardo Ciani García: El dirigente de la Asociación de Periodistas Escolares, adscrita a la APG fue secuestrado y desaparecido luego de ser interceptado por hombres armados en la 16 Av. y 8ª calle zona 11, el 6 de noviembre de 1978. Era estudiante universitario de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, sucesor de Oliverio Castañeda en la Asociación de Estudiantes Universitarios (AEU) de la Universidad de San Carlos. Se había dedicado como miembro del Secretariado de AEU, a representar a la Asociación entre los distintos organismos de apoyo y solidaridad; era el responsable de la asesoría del Comité de Familiares de Personas Desaparecidas.
  • Irma Flaquer Azurdia: La subdirectora de “La Nación” fue secuestrada el 16 de octubre de 1980.  Irma viajaba en un vehículo junto a su hijo Fernando Valle Flaquer, a quien hirieron gravemente; fue llevado a la emergencia del Hospital General donde murió. Flaquer fue sacada del automóvil por hombres armados que la introdujeron a otro vehículo.  Tenía 42 años cuando fue secuestrada y desaparecida.
  • José Guilló Martínez: El corresponsal en Escuintla, fue secuestrado y desaparecido, el 19 de diciembre de 1980.
  • Alaíde Foppa: La periodista, escritora y crítica de arte, recién llegada de México para una visita a su familia en Guatemala, fue secuestrada y desaparecida, el 19 de diciembre de 1980.  Foppa vivió en México por 20 años, junto a su esposo, el escritor Alfonso Solórzano quien recientemente había fallecido en un accidente de tránsito. Foppa fue coordinadora de la Revista “FEM”, en México y autora de siete libros.
  • Rodrigo Ramírez Morales: Miembro activo de la Asociación de Periodistas de Guatemala, fue secuestrado y desaparecido el 16 junio de 1981.
  • Zonia Calderón: La directora de la sección de viajes de “El Gráfico”, fue secuestrada el 23 de julio de 1981, en la zona 5, cuando salía de un centro comercial. Se consideró responsable a un escuadrón de la muerte derechista. Una llamada telefónica anónima, informó a “El Gráfico”, que había sido secuestrada por cuatro individuos armados, quienes la introdujeron a un vehículo “destartalado”.
  • Abner Daniel Recinos: El director de la editora “Seis”, fue secuestrado y desaparecido por desconocidos, de su imprenta situada en la avenida Centroamérica 18-80 zona 1 de la ciudad de Guatemala, el 11 de agosto de 1981; los sujetos golpearon a sus empleados e incendiaron la editora.
  • José León Castañeda: Fue periodista.  Trabajó en medios de comunicación como Nuevo Mundo, Cirios y la Voz de las Américas, El Imparcial, La Nación, La Hora y Diario Impacto.  Escapó a un intento de secuestro tras huir por los tejados de viviendas en la zona 1 de la capital guatemalteca, pero meses después fue desaparecido y asesinado a golpes.  Su cuerpo fue encontrado el 16 de noviembre de 1979.

Portada del libro «Y la verdad nos hará libres».

Represalias por sus artículos

Uno de los casos más emblemáticos es el de Irma Flaquer, quien fue secuestrada el 16 de octubre de 1980 y desde entonces es considerada desaparecida. Flaquer viajaba con su hijo Fernando Valle en un vehículo.  A Fernando le dispararon y murió, a Irma se la llevaron en otro automóvil. La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) ha señalado que Flaquer nunca fue encontrada ni viva, ni muerta, aunque se presume que fue asesinada la misma noche que fue secuestrada.

Foto: Hemeroteca Prensa Libre.

De acuerdo con la SIP los posibles móviles del crimen de Flaquer fueron: represalias por sus artículos contra la represión política del gobierno del general Romeo Lucas García, los actos de corrupción de funcionarios y militares, la opresión de los indígenas y las violaciones a los derechos humanos.  “Nadie jamás ha sido formalmente acusado, procesado o sentenciado por la muerte de Fernando Valle Flaquer y la desaparición de Irma Flaquer”, expone la SIP.

Foto: Registro Nacional de las Personas.

Para conocer sí ha existido algún avance en el caso de Flaquer, en julio pasado, se consultó a la Unidad de Información Pública del MP, que denegó la información por considerar que se trata de carácter “reservada”.

Pero este no es el único caso del que no se tiene más información sobre los avances de las pesquisas en los casos de periodistas reportados como desaparecidos en los 36 años de conflicto armado.  Según esa unidad, en esos años únicamente existe el reporte de un periodista desaparecido y una investigación en curso.  No específica de qué caso se trata.

Censura, autocensura y represión

Albizures, el redactor del periódico Acción Popular, recuerda los riesgos y el temor de firmar una noticia o un artículo de opinión.  Explica, que estaba claro que, el Estado y los grupos paramilitares, pretendían, a través de las amenazas y la muerte de periodistas, que la población no supiera nada de lo que ocurría.

La investigadora y docente de la Escuela de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de San Carlos de Guatemala, Glenda García, elaboró en 2021 el informe “Los Medios en Guerra. Represión, censura y autocensura de los medios de comunicación en Guatemala (1970-1996)”, coincide con Albizures e indica que una de las conclusiones a nivel general de esta investigación, fue el impedimento para ejercer el derecho a la libre emisión del pensamiento y la libertad de prensa, que implicó negar a la población su derecho de estar informada sobre lo que acontecía en los difíciles años de la guerra.

La investigación documentó 35 víctimas de desaparición forzada.  El perfil de estas personas era que pertenecían a medios de comunicación en la prensa, radio y televisión entre los años 1970 y 1996.

El informe concluye que entre las formas de censura, autocensura y represión documentadas, se encuentran hechos cometidos contra periodistas, de mayor a menor número: asesinatos, desapariciones forzadas, exilio, amenazas, atentados, secuestros y golpes.

“En cuanto a los medios de comunicación, el hecho de mayor impacto fue toda la represión que atentó contra la vida de las y los periodistas, el exilio en el caso de sobrevivientes, el silencio y distanciamiento de la labor informativa. Además, los medios de comunicación en su calidad de instituciones sufrieron otros hechos violentos como: amenazas; cancelación o cierre de un programa específico o del medio en su totalidad; atentados armados a las instalaciones; medidas de presión para censurar, limitar o prohibir la información y otras represalias”, se detalla en la investigación.

¿Voluntad para saber su paradero?

Han pasado décadas del conflicto armado interno y hasta ahora hay evidencia de la inacción por parte del Estado guatemalteco para establecer que ocurrió con el gremio periodístico desaparecido, lo cual se traduce en impunidad, opina Mario Recinos, vicepresidente de la APG.

A criterio de Recinos, no existe un interés para aclarar la situación de las y los periodistas desaparecidos que denunciaron “las atrocidades” de lo que ocurría en el país.  Por eso, la APG pretende retomar una memoria histórica para documentar los casos de quienes sacrificaron su vida por la libertad de expresión y la democracia.

Albizures, por su parte, concluye en que la justicia “jamás avanzó”, en los casos de muertes y desapariciones de los reporteros. “No hay resultados de nada, ni siquiera información de las investigaciones”, lamenta.

Foto: Asociación de Periodistas de Guatemala.